Normalmente, cuando una persona desea comprar un vehículo, lo primero que hace es buscar un mecánico, para que le oriente en tomar la mejor decisión; sin embargo, para adquirir un inmueble, en el cual la inversión es dos o tres veces la de un vehículo, o mayor según el caso, muchas veces no busca asesoría.
Con el crecimiento de la población, la adquisición de inmuebles cada vez es más costosa y en consecuencia más compleja, ya que existen mayores exigencias.
Cuando una persona física o moral desea adquirir un inmueble y no se asesora de la persona adecuada se expone a los siguientes riesgos:
1. Pagar por más área que la que en realidad tiene, es decir, le venden 1,000 M2., pero en realidad solo tiene 900 M2., perdiendo 100 M2. que si el metro Cuesta $ 5,000.00, sería $500,000.00.
2. Comprar en una parcela equivocada, es decir, por ejemplo, que le venden, según el Certificado de Título o Carta Constancia, en la parcela 1, y el inmueble que le presentan físicamente se encuentra en la parcela 2.
3. Si no cuentan con las Certificaciones de Registro de Título, puede adquirir un inmueble con cargas, gravámenes u otras inscripciones y/u oposiciones, que contribuyen en la reducción del valor (según el caso) del inmueble.
4. Puede adquirir un derecho amparado en Constancia Anotada (Carta Constancia) y tener que incurrir en los procesos y gastos del deslinde.
5. Pagar un precio por encima del valor de mercado.
6. Si el inmueble no está al día con los impuestos, el comprador tendría que pagarlos, para poder hacer la transferencia del mismo a su nombre.
7. Si la(s) persona(s) que venden no justifican su calidad, puede perder su inversión.
Quien recibe un inmueble como garantía, debe prever los riesgos mencionados, como si fuera un comprador.
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